sábado, 5 de junio de 2010

?


Exactamente igual que construir un castillo de cartas; levantándolo poco a poco, sabiendo que el menor de los estímulos es capaz de desmoronarlo todo, que cuanto más alto es cada vez más frágil… ¿Realmente merece la pena arriesgar y seguir avanzando?



Quizás no haya que llegar hasta el final.
Quizás no haya que utilizar todas las cartas.