Exactamente igual que construir un castillo de cartas; levantándolo poco a poco, sabiendo que el menor de los estímulos es capaz de desmoronarlo todo, que cuanto más alto es cada vez más frágil… ¿Realmente merece la pena arriesgar y seguir avanzando?
Quizás no haya que llegar hasta el final.
Quizás no haya que utilizar todas las cartas.
2 comentarios:
Quien no arriesga no gana. Pero a veces se puede ganar sin llegar a arriesgar todo lo que se puede.
Me alegro de ver una entrada más por estos lares! ^^
Un besito!
Hace mucho que no me pasaba yo por aquí! Muchas gracias por estar ahí cada vez que vuelvo a redescubrir este blog, en serio ;) Es un placer ver que alguien se acuerda de ésto xDDD
Un beso, Martitaaa! :D
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