viernes, 21 de diciembre de 2007

Untitled


¿Estaba obsesionada? La verdad, no lo sé...


Desde que el sol había salido aquella mañana, tenía la extraña sensación de que algo iba mal, de que alguien me vigilaba y me perseguía clavando su mirada en mis espaldas, de que el mundo se alejaba lentamente de mí…
Intenté ignorar aquel extraño presentimiento, pero no era fácil. Me sentía desprotegida, vulnerable e inusualmente frágil. En pleno mes de julio y yo sentía tanto frío…
Todo parecía dar vueltas a mi alrededor a un ritmo que yo no era capaz de asimilar, escuchaba voces en mi cabeza, pensamientos, protestas, gritos que me hacían sufrir…
¿Qué era lo que me estaba ocurriendo? La pregunta cuya respuesta nunca llegué a entender me desquició por completo. Si aquello que sentía era una estúpida obsesión, la línea entre ella y la locura era casi imperceptible.
Empecé a sudar de repente como nunca lo había hecho. Me sentía sofocada, incomprendida, confusa…Loca… Solté todo lo que sujetaban mis manos y eché a correr hacia ningún lugar, desesperada. Intentaba acallar las voces que clamaban cada vez más fuerte dentro de mi cabeza, pero no lo conseguí. Comencé a llorar incontroladamente, podía sentir como docenas de miradas de odio se clavaban en mi piel como cuchillas afiladas, cómo nuevos murmullos taladraban mis oídos… Entonces, todo cesó de repente. Me encontraba ante un muro de ladrillos rojizos. Miré hacia todas las direcciones posibles buscando una conexión con algún lugar, pero no la había. Estaba en un callejón sin salida.
Como había notado los ruidos y el dolor habían cesado, pero el frío había vuelto y aquel lugar estaba cubierto por una extraña neblina. Aún seguía gimiendo cuando me acurruqué en una esquina de aquel callejón, tiritando. Así me di cuenta de que había garabatos rojos pintados sobre los muros que me rodeaban, líneas sin sentido, sin ningún tipo de orden. Volví a sentir que alguien me vigilaba a través de las tinieblas.
Entonces…


Un escalofrío.

Oscuridad.



¡Un beso!

*Cazadora de estrellas*


P.D.: Ya que el título es el mismo (no me basé en la canción para escribir el relato), pongo esta canción, que me gusta mucho: http://es.youtube.com/watch?v=Y2lhkCQkhu8

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Cartas a una vecina I

Tan cerca y a la vez tan lejos...

¿Recuerdas lo que me dijiste el otro día? Me dijiste: “Mira a las nubes e intenta adivinar qué son en realidad... ”.
El domingo pasado volvía sobre las diez y media de la noche de Arafo, el supuesto pueblo de la música. Había pasado todo el día allí y en aquel momento, a oscuras, volvía a casa agotada. Mis acompañantes en el coche tampoco hacían mucho por sacar un tema de conversación, así que me dediqué a mirar por la ventana. Fue en aquel momento cuando me acordé de ti.
Miré hacia el cielo lleno de pequeños claros y nubes iluminadas por las luces de la ciudad y decidí que iba a darles forma, que iba a hacer de ellas la fuente de inspiración para una nueva historia, un nuevo relato… Pero mi idea perdió importancia cuando divisé la nube más grande y vi que su silueta junto a los claros azul oscuro era la de… La de un tanque de guerra. Era exactamente igual que aquellas máquinas de destrucción de las que tantas veces había oído hablar. Fue entonces cuando algo tan hermoso como lo es el cielo se convirtió para mí en un despreciable campo de batalla, en una fábrica de muerte y destrucción, un lugar donde la vida no tenía valor… En ese instante, debí de sensibilizarme más con lo que me rodeaba. Los ruidos de la autopista me provocaban dolor de cabeza, los faros de los coches me obligaban a cerrar los ojos y apartar la vista, todo se había vuelto oscuro, oscuro como la noche que nos cubría con su lúgubre manto.
Toda aquella sensación desapareció de repente, con una simple canción que sonaba en la radio. Y hasta entonces, hasta hoy, no me había vuelto a preguntar por aquello que pasó, aquello que vi en los cielos y que me atemorizó, y todo por hacerte caso…
Sé que hace tiempo que no nos vemos, que no hablamos cara a cara, que no hacemos una historia compartida o que no intercambiamos noticias. Últimamente, nuestro único medio de comunicación ha sido el ordenador, y decidí, ¿por qué no hacerle un pequeño hueco en mi blog?. ¿Por qué? Te preguntarás. Por todo aquello que no te he podido ni te podré decir y que aún en este puente tampoco te podré contar. Me marcho. Cruzo el charco precisamente en uno de los pocos momentos que tengo para verte, y por ello, sólo por ello, te escribo esto. Para que veas que eres importante, que no me olvido de ti, y que sé apreciar cuando a la gente le importa el camino de mi imaginación y me da nuevas ideas.

Para todos aquellos a los que también abandono (incluída mi nueva hermana o mi “yo futuro” xD), me acordaré de vosotros.

¡Vuelvo el lunes!


¡Un beso!

*Cazadora de estrellas*

viernes, 30 de noviembre de 2007

When November ends...

Último día del mes.
El tiempo pasa volando. Dura tan poco como los momentos felices e instantes memorables, pero todo esto es, en cierto modo, muy relativo.
Ha sido un Noviembre muy irregular, empezando por el tiempo. Cada vez adoro más los días de lluvia, los días que por si solos se hacen tristes, las noches de tormenta… Será porque siempre nos gusta lo que nos falta… Me gusta ponerme los auriculares y aislarme del mundo observando las gotas caer en el cristal del coche, que me lleva siempre a los tres mismos lugares donde paso la mayor parte de, por no decir todo, mi tiempo.
La lluvia nos sorprendió el otro día. Cuando salíamos a celebrar nuestro fin de exámenes de evaluación, lo que conllevó en su momento varios días de agobio en mi vida (más de lo que lo suele ser diariamente xD). Una tromba de agua fue suficiente para hacer aquel día diferente, toda una aventura pasada por agua…
Y un suceso feliz… Hay un nuevo miembro en mi “familia” (una familia un tanto subjetiva) Aún no tiene nombre, pero un adelanto sería decir que es un violín precioso, que me llevé la sorpresa de poder tenerlo antes de tiempo, y que es mi primer violín profesional. Esperemos que me acompañe mucho tiempo.
Respecto a mi blog, siento su repentino abandono, pero si eso me sirve para sacar sobresalientes, es posible sacrificarse por un tiempo. Prometo que este fin de semana tendré material nuevo que colgar, y viejo también, que tengo algunos que aún no he puesto por aquí.
Y bueno, quién sabe lo que nos espera este mes que comienza mañana y que promete tantas cosas; conciertos, fiestas, viajes… ¡Hasta un corte considerable de pelo!
Las cosas cambian y debemos adaptarnos a ellas.
Busca cada día un motivo por el que existir.


¡Un beso!

*Cazadora de estrellas*

P.D.: Lauri, estarás contenta, ha sido la primera vez que he publicado una entrada contando simplemente cosas que pasan, más te vale que comentes mucho, porque a mí, personalmente, me parecen aburridas.
¿A quién le interesa mi vida?
xD

domingo, 4 de noviembre de 2007

Sueños.Vida.

Vivir en un sueño y soñar con vivir. Así era ella. Vivía soñando, y soñaba con saltar, correr, rodar, oler, ver, tocar, entender, comprender, demostrar, sonreír, llorar, vivir, escapar… Soñaba con ser libre.
Las luces de la ciudad eran demasiado fuerte para sus ojos, los ruidos que acompañaban su vida eran demasiado sonoros para sus oídos, las fragancias que le rodeaban eran demasiado para su sentido del olfato… Estaba encerrada en aquella vida, en aquella vida que no era la suya, pero era la única oportunidad que le habían dado para hacer lo que los demás parecían llamar “vivir”.
Vida. Qué era eso para ella sino un lugar para existir con la esperanza de algún día lograr hacer todas aquellas cosas con las que soñaba… Sueños, sueños inalcanzables, sueños imposibles, pero al fin y al cabo, sólo eso: Sueños.


Esta va para Belén. Simplemente -->http://es.youtube.com/watch?v=5wyTGmsVi4k

¡Un beso!

*Cazadora de estrellas*

viernes, 26 de octubre de 2007

Pies descalzos

No, esto no tiene nada que ver con "Shakira" xD, simplemente es una pequeña cosita que acabo de escribir ahora mismo, mientras cierta vecina mía me incordiaba preguntándome cotilleos inexistentes a través de cierto programa de mensajería instantánea.
En fin, ahí va. Disfrútenlo, si les gusta, porque es fugaz ^^


Pies descalzos

Botas rotas, desgastadas y desteñidas. Botas rotas de tantos tropiezos, desgastadas de tantos kilómetros recorridos y desteñidas de tanta lluvia que ha caído sobre mí.
Con ellas, con mis botas, he caminado con la mayor de las virtudes, he tropezado contra los problemas y asimismo he saltado sobre ellos como si de una carrera de obstáculos se tratara.
Quién sabe cuántos caminos, senderos y rutas habré trazado en mi vida y cuántas de ellas habré conseguido recorrer correctamente, sin desviarme de mi propósito final, sin interrupciones, sin abandonos…
Mis botas… cuántos años han estado protegiéndome y qué puedo hacer yo ahora por ellas, ahora que ya no pueden volver a caminar.
Ahora, mis pies son indefensos. Mis pies descalzos están fríos, desprotegidos… Ahora son frágiles, pálidos…
Pero a partir de este momento, mis botas serán mis pies. Éstos recorreran casi tantos caminos, senderos y rutas, tropezarán con los obtáculos y saltarán los problemas y se mojarán con la lluvia y se quemarán con el Sol…
Todo le pasará ahora a ellos, que acabarán igual que mis botas.
Pies rotos, desgastados… Pero no desteñidos, descalzos.

¡Un beso!

*Cazadora de estrellas*



sábado, 20 de octubre de 2007

Eso del medio ambiente...¿Será porque ya destruimos la mitad?

A veces tenemos que hacer tantas cosas, que hasta nos olvidamos de que tenemos que hacerlas. Eso mismo me ocurrió a mí el otro día, el día 15, cuando debí publicar algo relacionado con la Tierra y no lo hice.
Pero también pienso que más vale hacerlo tarde que no hacerlo nunca y por eso escribo esto ahora.


La Tierra tiene un problema y nosotros somos lo únicos culpables y los únicos capaces de solucionarlo. La pregunta es, ¿de verdad queremos hacerlo? Puede que la respuesta parezca obvia, pero no lo es. Si de verdad queremos ayudar a nuestro planeta, ¿por qué no hacemos nada? ¿Por qué seguimos construyendo descontroladamente? ¿Por qué no nos esforzamos en no contaminar, en no generar tanta basura?
No. El problema no lo tienen sólo los políticos, los gobernantes, los dioses… El problema es de todos y cada uno de los habitantes de la Tierra.
¿Qué puedo hacer yo? Te preguntarás. Pues bien, desde cerrar un grifo hasta apagar una luz, desde reciclar la basura hasta apagar el móvil cuando no lo utilizamos. Todas estas cosas pequeñas, y no por ello insignificantes, son las que nos ayudarán a solucionar el problema. Cierto, no acabaremos del todo con él, pues también es verdad que no todas las soluciones están en nuestra mano, pero cada uno de los granos de arena forma parte de la playa, y cada pequeña cosa que hagamos todos y cada uno de nosotros provocará una mejoría global mucho mayor de la que podemos llegar a imaginar.
¿No te convence esto de actuar uno mismo para llegar a un todo? Pues entonces actúa en comunidad, busca soluciones junto con otras personas, escucha sus ideas y expón tú también las tuyas.
Lo creas o no, todo cuenta. Lo que hagas tú, lo que haga él… Lo que hagamos todos.


-> http://es.youtube.com/watch?v=7S3H_Zymqcg <-

¡Un beso!

*Cazadora de estrellas*

P.D: Recuerda, cambiar está en tus manos.

domingo, 7 de octubre de 2007

El violinista del cuarto andén


Bredriek. Bredriek es su nombre, tan sonoro como lo es la fuente que sacia sus ganas de vivir desde hace tantos años.
No tuvo una infancia perfecta… ni ya nadie puede afirmar que la tuviera. Cuando apenas era un niño, la crueldad del destino se llevó a sus padres y le dejó como único responsable de sí mismo y de su hermano pequeño, al que pronto le diagnosticarían una enfermedad incurable.
Aunque se hospedó en muchas casas, nunca tuvo un hogar. Jamás leyó un cuento o jugó con alguien que no fuera su hermano. Jamás tuvo nada.
Nada, excepto sus sueños. Se alimentaba de ellos para poder cubrir sus tristezas, se servía de la ilusión para creer que algún día dejaría de vivir en la miseria y podría ayudar a su hermano a luchar contra su enfermedad, soñaba con otros lugares, con otros tiempos, con otros mundos… soñaba con la música.
La música y sus músicos. Esa era su mayor fascinación, la mayor de sus esperanzas; llegar a ser violinista y tocar donde todos, sin excepción alguna, pudieran oírle.
La misma fuerza que le arrebató a su familia le entregó al mejor amigo que pudo encontrar. Acudía todas las tardes a escuchar a su violinista favorito, al único que vio en persona, un hombre anciano que tocaba en una de las calles principales de Moscú con su viejo violín y que absorbía toda su atención lejos de estar pendiente de los otros maravillosos espectáculos callejeros.
Al anciano le sorprendió tal admiración por parte de aquel chico, y quiso introducirle en el mundo de la música. Cada tarde le enseñaba cosas nuevas que Bredriek no tardaba en aprender. Las personas que paseaban con prisa se detenían a ver aquella espontánea clase de violín que tanto parecía impresionarle al niño.
Progresaba muy rápido, pero igual de rápido empeoraba su hermano y envejecía su anciano profesor.
Pasados los meses, fue como cualquier tarde a recibir sus clases, pero en vez de encontrar al anciano encontró un estuche con una carta encima. No hizo falta abrirla para deducir que había ocurrido. En la carta, el anciano maestro le agradecía haberle brindado tan amable compañía en sus últimos días y le entregaba, como su más preciado regalo, su viejo violín acompañado de sus partituras favoritas.
A partir de aquel momento, Bredriek siguió aprendiendo por sus propios métodos y durante un lago periodo de tiempo ocupó el lugar que antes había ocupado su maestro en aquella calle de Moscú. Con el dinero que conseguía compraba comida y alguna prenda de ropa. Reservaba parte de lo que ganaba para algún día poder tener un lugar en el que dormir que no fuera la calle.
No pensó cuánto de importante fueron sus ahorros para su futuro, pues varios años más tarde encontró un piso de apenas unas decenas de metros cuadrados que podía comprar. Por supuesto, no era gran cosa, pero era suficiente para no pasar frío y no empaparse durante las noches de lluvia y tormenta.
Consiguió pequeños trabajos a lo largo de su vida, pero nunca ninguno le duró más de unos meses, pues siempre aparecía algún otro que se hacía llamar violinista y que tenía en su bolsillo más dinero del que Bredriek jamás podría llegar a tener.
Ahora, en la actualidad, es un pobre violinista que toca sus más bellas obras en el cuarto andén de la estación de trenes de Moscú. Era juzgado injustamente cada día por su miserable indumentaria, sólo unos pocos podían apreciar las hermosas melodías que salían de aquel viejo violín y contenían más historias y sentimientos de lo que cualquier persona pudiera llegar a expresar.
Su hermano vive aún con él, en el mismo piso que compraron hace ya más de medio siglo y con la misma enfermedad que le había sorprendido en su infancia y que provocaba que a veces no se acordara ni de su propio hermano.
Cierto, aún son pobres, aún no viven en las mejores condiciones, aún no son aceptados por todos… pero no están solos.
Lo único que puede hacernos despreciar nuestra vida es la soledad, el no sentirnos queridos, el no tener por quien alegrarse y quien se alegre de ti…
Bredriek era muy rico en ese aspecto, y así fue como se convirtió, junto a su amada música y a su querido hermano, en el hombre más feliz con el que jamás pudo llegar a soñar.


¡Hola! Vuelvo después de una semana para colgar algo nuevo que he acabado hace cinco minutos ^^. Puede que no sea lo más bonito sobre lo que hablar, pero para mí ha sido como describir una triste realidad disfrazada en modo de cuento y añadiéndole mi toque personal; mi música y mi violín.

Laura... si pensabas que te iba a dedicar esta entrada, estás en lo cierto, pues si no me hubieras dicho que ya era hora de que colgara algo, ayer-noche no me hubiera puesto a pensar en nuevas historias (consideré la idea de relatarte como me pediste, pero pienso que esto otro es mucho más interesante de imaginar y de leer que algo relacionado contigo xD).

Cómo no, me gustaría dedicarselo también a todos los que algun día soñaron con ser algo o alguien, a los que todavía lo sueñan, a todos aquellos que no tienen el lujo de poseer los medios para poder llegar a leer este blog.

Para mí, para tí, y para todos ellos, Bredriek ha sido creado.

¡Un beso!

*Cazadora de estrellas*



martes, 25 de septiembre de 2007

Pesadillas (El Cazador de Estrellas)


¡Hola! Bueno, hoy (25/9/07) voy a colgar un trozo de un capítulo de mi historia "El Cazador de estrellas". Quizás es bastante más largo de lo que suelo colgar, pero pueden leerlo a cachos ^^. Lauri, tú ya lo has leído, pero bueno, ya colgaré algo nuevo para tí dentro de poco.

Sin más preámbulos:



Capítulo I – Pesadilla


>>Dos lágrimas caían por la cara de aquella mujer de mediana edad debido al dolor que le suponía lo que estaba a punto de hacer.
Vestía un sencillo pero precioso traje blanco que tan sólo se había puesto una vez en toda su vida, o en lo que los demás creían que había sido su vida. Dejó sueltos sus largos cabellos castaños que habitualmente recogía con una peineta y, lentamente pero con paso decidido, avanzó hacia la habitación de su hijo.
–Eh, despierta pequeño…–dijo zarandeándolo.
–¿Mami?¿Ya es hora de ir al colegio?
–No cielo, pero Mamá quiere enseñarte una cosa en el jardín, seguro que te gustará.
–¿Es una sorpresa? –dijo su hijo, poniéndose las zapatillas con cierto entusiasmo.
–Sí, algo así.
Aunque intentaba ocultar la tristeza que le invadía, su voz transmitía millones de sentimientos contradictorios. Si no cumplía su promesa vendrían a por ella y acabaría de la misma forma, así, al menos salvaría a su hijo… Pero, a la vez, no deseaba separarse de él, no deseaba abandonarlo… ¿y si Ellos no cumplían su parte del trato? ¿Y si su hijo moría debido a la soledad, o a no poder mantenerse? No podía dejar de pensar aquellas cosas, pero ya había decidido lo que tenía que hacer y así lo haría.
Madre e hijo llegaron al jardín y se sentaron en uno de los bancos del porche de su casa.
Ella metió su delicada mano en uno de los bolsillos de su vestido, y sacó un pequeño pañuelo blanco de seda, que tenía grabado la letra “B”. Mientras que con una mano sostenía aquel pañuelo, con la otra agarró la de su hijo.
–Toma, guarda esto como si fuera oro. Si algún día yo faltara, quiero que cada vez que lo mires te acuerdes de mí, ¿vale? Y, que cada vez que lo uses sea para limpiar lágrimas de felicidad, ¿de acuerdo? Tal vez algún día, cuando descubras muchas cosas, también averigües que este pañuelo contiene más cosas de las que tú puedes llegar a imaginar..
–Mamá, ¿por qué estás triste? –dijo aquel niño mirando con aquellos ojos más claros que el agua, más claros que el cielo, casi transparentes las lágrimas que volvían a caer por las mejillas de su madre. Él cogió su nuevo pañuelo y secó aquellas delicadas gotas que, como por arte de magia, penetraron en aquel pañuelo como tres diamantes y juntas formaron un precioso dibujo.
Ella se levantó, besó a su hijo en la frente, le abrazó y dijo:
–Algún día no muy lejano, comprenderás muchas cosas y, espero que una de ellas sea que he de elegir entre tu vida o la mía. Te quiero, hijo mío.
Lentamente sus manos se separaron y, en menos de dos segundos, una luz tremendamente intensa cegó a aquel niño, confundiéndose con la imagen de su madre. Cuando la luz cesó, frente a él ya no había nadie, sólo una pequeña estela desde su jardín, hasta una de las estrellas del firmamento. Entonces, aunque aún no era consciente de todo lo que acababa de pasar y de lo que pasaría días después, Ben lloró con todas sus fuerzas, prometiéndose que algún día averiguaría hacia dónde se dirigía esa estela, y volvería a encontrar a su madre, aunque fuera lo último que hiciera./

Ben despertó sobresaltado, acalorado y bañado en sudor. Como cada noche, había tenido la misma pesadilla que lo atormentaba día a día. El recuerdo de aquella noche de la que nunca se olvidaría volvía cada vez con más fuerza, cada vez le dolía más y cada vez tenía más ganas de llegar a Polaris, una de las pocas estrellas que coincidían con las coordenadas aproximadas de aquella estela que había dejado su madre al marcharse.
Ben alargó la mano hasta la mesilla que estaba colocada al lado de su cama. De uno de los cajones sacó un pañuelo blanco de seda, con aquella letra bordada, y con dibujo hecho con tres lágrimas entrelazadas entre sí. Ya no le sorprendía aquello, pues el siguiente recuerdo que tenía tras despertar después de aquella noche horrible era que ya no era un niño normal. A partir de aquel momento había una extraña energía que había concebido de forma inexplicable, y, gracias a la ayuda de Harl – que también había aparecido de forma extraña en su casa – la había desarrollado hasta dominar el uso de la “magia”, si, magia era el regalo que le había dejado aquella luz cegadora que se había llevado a su madre.
Jamás se lo agradecería a nadie, a pesar de que era muy poderoso y su mente iba varios pasos por delante que la del resto del mundo, jamás perdonaría a aquella fuerza extraña o lo que fuera que se hubieran llevado a su madre, y por eso pretendía vengarse, por mucho que ella no lo hubiera querido. Haría lo imposible para traerla de vuelta, para devolverle los años de vida que se había quitado, para encontrarla si es que aquella extraña luz se la hubiera llevado a algún lugar...
Dos lágrimas rojas cayeron lentamente desde los ojos casi transparentes de Ben hasta el pañuelo que llevaba su inicial, situado entre sus manos. No, había prometido no volver a derramar lágrimas de dolor, y menos sobre aquel pañuelo que tanto significado tenía para él. Pero aquella noche había recordado muchas cosas, además de su sueño habitual… nadie podría imaginar jamás el dolor que él había sufrido los años después a la desaparición de su madre, nadie. Se percató de que de nuevo el proceso se repetía, y que esta vez eran las lágrimas rojas las que penetraban en el tejido de seda del pañuelo, fundiéndose con las lágrimas que su madre había derramado años atrás, volviéndose de un color rosado pálido. En ese momento, la sintió, como si estuviera a su lado, sintió su calor, su cariño… ese sentimiento duró apenas cinco segundos, pero bastó para que Ben se levantara y se adentrara en su estudio, decidido a adelantar el viaje hacia lo desconocido, con lo único que le quedaba; esperanza.

martes, 18 de septiembre de 2007

Hoy traigo algo nuevo, más corto que lo último que colgué. Además, lo escribí media dormida, así que juzguen por sí mismos ^^

Amargo recuerdo

Dicen por ahí, que los primeros amores son imposibles de olvidar.
Para tí; eso es una frase sin sentido condenada a ser olvidada para siempre.
Para mí; es una verdad lamentablemente cierta, que aunque me duela aceptarlo, nunca podré cambiar.
No sé durante cuánto tiempo podré permanecer así, atrapada en un pasado... en una ilusión que yo misma creé.
Necesito encontrarte, necesito verte, necesito respuestas para todos aquellos "por qué" que no me diste tiempo a preguntar. ¿Acaso no signifiqué nada para tí?

A tí, bestia insensible, que te fuiste sin decir adiós, ¿es que no te importó ni te importará jamás otra cosa a parte de la fama y el dinero?
A tí, a quien antes amaba y esperaba inutilmente derrochando mi tiempo, mis pensamientos y mis sentimientos.
A tí, a quien me cansé de perdonar y por quien derramé un océano de lágrimas.

Cierto, nunca podré olvidar todo aquello que conseguimos juntos, pero es hora de entender que no puedo vivir encerrada y derrotada por el resto de mis días, que es tiempo de ser fuerte y buscar respuestas que me ayuden a enterrarte por y para siempre.

A tí, a quien convertiré en un simple amargo recuerdo en el fondo de mi mente.
A tí, a quien conseguiré engañar en tus propias mentiras.
Es a tí, sí, a tí, a quien ahora le toca sufir.

¡Espero que les haya gustado!

¡Un beso!

*Cazadora de estrellas*

jueves, 6 de septiembre de 2007

Libro acabado, aunque no cerrado para siempre.


¡Hola! Bueno, esta vez no traigo ningún relato, pero sí traigo una ficha del último libro que me he acabado, Marina.
Lo último que he escrito aún tengo que pasarlo al ordenador. Ahí va la ficha:



Título: Marina
Autor: Carlos Ruíz Zafón
Páginas: 223
Resumen: Óscar Drai se marchó huyendo de sus recuerdos, pensando ingenuamente que, si ponía suficiente distancia, las voces de su pasado se acallarían para siempre. Ahora ha regresado a su ciudad, Barcelona, para conjurar sus fantasmas y enfrentarse a su memoria. La macabra aventura que le marcó en su juventud, el terror y la locura rodearon, curiosamente, la más bella historia de amor.


Como ya dije antes, es solo una pequeña ficha.
¡Ah, antes de despedirme aviso de una pequeña actualización en la parte de "Mis videos", se ha añadido una columna de la canción "Cancer- My Chemical Romance", en honor a Laura, que me pidió que la pusiera.
¡Un saludo y hasta pronto!

CDE*

jueves, 30 de agosto de 2007

¡Hola! Bueno, traigo un nuevo relato que creo que es el más grande que he escrito (refiriéndome sólo a los relatos, claro) y que espero que les guste, sobretodo a tí Lauri, que eres mi lectora incondicional xD.
Ahí se los dejo.


Luces y sombras

Ella se escondía entre las sombras esperando su llegada, la llegada de aquel que irremediablemente la sacaría de allí. Estaba maniatada, amordazada y tenía los ojos vendados. Nada ni nadie, sólo Ella, tenía la culpa de haberse dejado a sí misma en aquel estado.
-A veces la maldad se destruye a sí misma.- Le habían dicho alguna vez.
Un ceñido vestido de cuero negro cubría su cuerpo suspendido en la nada. Todo allí era oscuridad, sombras y tinieblas, factores que formaban su entorno predilecto.
A pesar de su estado, sus labios se curvaban formando una extraña sonrisa bajo las mordazas. Ahora todo había cambiado, ya no era la niña asustada de la primera vez en que le había ocurrido aquello, y ahora tenía la certeza de que irremediablemente Él vendría a buscarla una vez más. Sin embargo, en esta ocasión sería diferente, no volvería a caer en su propia trampa y acabaría de una vez por todas con Él, ya que jamás volvería a necesitarle para salir de allí.
Él. Él era el único factor que se interponía entre ella y su mundo, un mundo que pronto podría manejar a su antojo y que no tardaría en destruir.
De algún modo inexplicable, Él y Ella estaban unidos por alguna fuerza extraña, algo que les impulsaba a convivir y complementarse, pero Ella cayó presa de su propia naturaleza y el equilibrio desapareció.
Podía notar su presencia, se estaba acercando lentamente y no tardaría mucho en ver un haz de luz irrumpiendo entre las sombras.
No se equivocaba. Apenas unos segundos más tarde un rayo de luz rompió la oscuridad absoluta de aquel lugar y se fue haciendo cada vez más y más intenso.
Él había llegado.
La magnífica figura del ángel apareció como una visión ante sus ojos. Allí estaba, vestido de blanco, tan puro y maravilloso como siempre, con su dos enormes alas blancas y brillantes y con aquella sonrisa que jamás se borraba de sus labios.
Ninguno de los dos pronunció palabra alguna. Él se acercó a Ella lentamente e intentando hacerle el menor daño posible desató las cuerdas que la ataban y le quitó las mordazas. La liberó una vez más como su naturaleza y su corazón le exigían.
Por un momento sus miradas se fundieron en una sola. Por una parte, la tentación del mal, por la otra, el encanto del bien… Cuando Ella consiguió liberarse de aquella mirada hechizante una sonrisa malévola curvó sus labios.
Lentamente, acercó su mano derecha hacia uno de los bolsillos de su vestido, y sacó de él una daga cuyo reflejo eliminó las sombras que aún vagaban a su alrededor. Con un movimiento rápido y certero, clavo la daga en el corazón de Él, del ángel que una vez más había venido en su ayuda, y con el que tiempos atrás había conseguido tantas cosas, el mismo ángel que ahora era su único obstáculo y su peor enemigo.
Varias gotas rojas resbalaron como lágrimas de diamantes de la mancha de sangre que empezaba a cubrir su atuendo blanco e impoluto y que se hacía cada vez más y más grande. Un dolor insoportable le oprimió el pecho con fuerza y Él no pudo reprimir un grito, que aún siendo un grito, no dejó de ser dulce y melodioso.
Ella no pudo reprimir una malvada y triunfal carcajada que resonó entre la luz que se hacía cada vez más y más tenue, haciendo que las tinieblas volvieran de nuevo a cubrir aquel lugar.
Pero paró de reír cuando un dolor punzante también atacó a su corazón, oprimiéndole igualmente el pecho. Paralizada y asustada, inclinó ligeramente la cabeza y observó como de su vestido comenzaban a brotar varios chorros de un líquido rojo que conocía demasiado bien. Sintiéndose impotente por primera vez en su vida, le miró, miro al ángel cuyo rostro estaba a escasos metros del suyo y cuyas facciones demostraban el dolor que estaba sufriendo, pero aún así aquella encantadora sonrisa sequía allí, sin borrarse de su rostro.
- Has intentado acabar conmigo sin darte cuenta de que te hacías daño a ti misma. Siempre has sabido que formo parte de ti igual que tú de mí, antes lo aceptabas, ¿por qué cambiaste? ¿Por qué quisiste desprenderte de ese vínculo tan fuerte que nos unía a ambos?
Lágrimas incontroladas comenzaron a brotar de los ojos de Ella, volviendo a sentir lo que había intentado enterrar en su corazón durante tantos años, entendiendo de una vez por todas, como lo hacía antes, que era imposible vivir si Él no vivía con ella.
-No existe ni existirá nunca el mal si no existe el bien. No hay ni habrá nunca luz sin oscuridad. No podré vivir si tú no vives conmigo. Jamás.
Entonces, ambos se fundieron en un profundo beso, un beso que llevaban anhelando en secreto durante tantos años. Un beso que fortalecía el vínculo que les unía y que podría ser su salvación.

Quién sabe si aquel beso frío y cálido a la vez, dulce e intenso, blanco y negro… simplemente maravilloso, pudo salvarles ahora que morían juntos, por culpa de no saber aceptar el destino e intentar cambiar lo que, irremediablemente, un día les unió para siempre.


Espero que les haya gustado.

¡Un saludo y que hayan tenido un buen verano!

lunes, 23 de julio de 2007

¡Hola! Bueno, me paso por aquí para colgar otros dos relatos, uno viejo y otro nuevo (para que no te canses tanto de releer los otros, Laura ^^)

Espero que les/te guste.



-Te lo prometo...

…Te esperaré- Esa fue la promesa que formulé el día más triste de toda mi existencia, en el que te separaron de mí arruinándome la vida por completo.¿Sabes lo duro que es despertarme cada mañana fingiendo que no ha pasado nada y que aún estás a mi lado? Me valgo del recuerdo de tu cara, de tus besos y de tu aroma para mantenerme en pie, vivo inmersa en una ilusión que he creado yo misma basada en una razón llena de falsas esperanzas… Pienso en ti cada noche, a cada hora, minuto y segundo que pasa por mí, pero, ¿por cuánto tiempo logrará mi memoria retener tu imagen? Tengo miedo de olvidarte y más de no volverte a ver ni volver a escuchar tu voz…¿Dónde estás? Nunca lo he sabido y jamás lo sabré, puedes estar en la otra parte del planeta, aunque, quizás, ya no formes parte si quiera de mi propio mundo… Aún suponiendo que estuvieras cerca de mí, ¿podrías haberme olvidado? ¿Habrías querido olvidarte de mí a propósito?Durante todos estos años nadie ha querido ayudarme, no creas que no te he buscado, ni te intentado llamarte o escribirte, pero ninguno de mis esfuerzos dio resultado. Nadie hizo nada por comunicarte que seguía aquí, esperándote y queriéndote como lo hacía cuando aún estabas a mi lado… todos se esforzaban por hacerme creer que estaba loca y que no habías sido más que una invención de mi imaginación, pero estoy completamente segura de que eres real, o de que al menos lo fuiste algún día, eras demasiado perfecto como para poder ser, simplemente, fruto de mi imaginación…¿Seré capaz de cumplir mi promesa? Por ahora lo hago y aún sin saber si lo conseguiré o no, seguiré haciendo todo lo posible por cumplirla… Te esperaré aunque muera en el intento.
-Volveré-
Esa fue entonces tu promesa… ¿Se cumplirá algún día?

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Ángel de la mar



Te extraño. Llorar, es lo único que puedo hacer cuando recuerdo tu color tostado, los momentos en los que estaba sólo y tu no te ibas de mi lado… Añoro tus grandes velas desafiando al viento y tu proa encarando a la mar. Me lleno de orgullo al recordar la cantidad de barcos que juntos hundimos y bombardeamos, que reducimos a cenizas y escombros. ¿Quién pudiera igualar lo que juntos hemos logrado? Cuando antes era el Capitán y llevaba mi sombrero negro y mi parche falso, conquistamos valiosos tesoros y grandes tierras, que tras aquel fatigoso día de agosto, no nos sirvieron para nada. ¿Quién sabe lo que podríamos haber llegado a hacer si no te hubieran arrebatado de mis brazos? Seríamos ahora el temor de los mares y de las tierras, y todos caerían a nuestros pies… No sé qué hizo que mi suerte y mi brújula fallaran, y que aquel navío de velas negras se acercara a nosotros justo cuando llevábamos tres meses de travesía y nuestras provisiones ya comenzaban a escasear. Tampoco sé cómo fui capaz de escapar; dejándote atrás, dejando atrás mis sueños, mis victorias y mis derrotas, mis recuerdos… Y allí cambió el sentido de mi vida, ya no había ganas para nada, ni huecos para sombreros ni parches, tampoco para juegos de piratas… Pero aunque no me puedas oír, te prometeré una cosa: estés en el puerto que estés o en el océano dónde te encuentres, te juro que aunque sea lo último que haga, te encontraré y junto a ti moriré… jamás me separaré de ti… mi Ángel de la mar.



sábado, 7 de julio de 2007


¡Hola a todos y todas! O, tal vez debería decir, simplemente, hola a tí... Este va a ser, a partir de ahora, el lugar donde pienso expresarme libremente, independientemente de que alguien decida leer lo que escribo o no... Y, como creo que las poquitas personas que conozco que se van a pasar por aquí aprecian minimamente las cosas que escribo, les dedicaré este blog a ell@s...
Y, como es la primera entrada de este nuevo baúl de sueños escritos que estoy apunto de inaugurar, empiezo dejándoles unos pequeños relatos que escribí hace un tiempo (Laura, creo que tú ya los has leído ^^, pero tranquila, que tengo uno nuevo para tí que pondré dentro de poco...). Sin más dilación, ahí van:

Tiempo

El tiempo es ese “algo” abstracto e indomable que el hombre aún no ha conseguido manipular. Durante millones y millones de años, la rueda del tiempo siempre se ha mantenido en constante movimiento, a un ritmo ligero e invariable, el cual, aquí en la Tierra, organizamos de alguna manera en segundos, minutos, horas, días… El tiempo está presente en la mayor parte de nuestras vidas; que si llegamos tarde, que si no nos da tiempo de hacer algunas cosas… En los momentos felices, excitantes, alegres… en los momentos inolvidables deseamos que se pare el tiempo y así poder vivir intensamente esas emociones que tanto nos reconfortan. Sin embargo, cuando estamos nerviosos, desesperados, desconcertados, entonces por una parte queremos que el tiempo avance más rápido y acabar lo antes posible con esos sentimientos horribles o, en otros casos, también deseamos que el tiempo se pare, pero esta vez para siempre, porque no tenemos las suficientes fuerzas como para seguir viviendo. No obstante, nuestro cerebro hace que nos parezca todo lo contrario, que los buenos momentos resulten momentáneos y se pasen enseguida y los malos momentos duren toda una eternidad. Pero, ¿a quién le hace falta que yo le cuente todo esto si todos lo hemos notado alguna vez ? A lo mejor son nuestras ansias de manipular las cosas por lo que no podemos controlar el tiempo, porque, lo creamos o no, es el tiempo quien nos domina, no nosotros a él.
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Soledad

Sin pensárselo dos veces, alargó su brazo para coger su pluma, y con letra clara y legible, comenzó a escribir:

Estimado amigo o amiga: No te conozco. El lugar al que se dirige esta carta sin destinatario definido es el Callejón de la Luz, así que al menos sé que es ahí donde vives. Aún así, no se quién eres ni cómo te llamas pero, llegado a este punto eso no tiene mucha importancia para mí. Cuando leas esta carta, no pienses que soy un loco ni un desvergonzado, por favor. Tal vez esté loco por estar escribiendo esto, pero ya no tengo nada que perder si lo intento. El caso es que aún no he nombrado el verdadero propósito de esta carta: Necesito ayuda, estoy desorientado y desconcertado y lo único que quiero es desahogarme, siento que hayas sido tú ese alguien al que le tocó tragarse estas frases llenas de pensamientos absurdos, no pretendo recibir respuesta alguna a mi pregunta. ¿Qué se supone que hay que hacer cuando alguien te abandona? Y no me refiero a que alguien fallezca, no… sino que ese alguien tenga tan poca sensibilidad como para abandonarte por voluntad propia, sin avisar ni dejar rastro… ¿Se supone que has de hacer como si nada hubiera pasado y seguir viviendo sin sentido y sin razón? Aunque sería una condena, ¿merece la pena intentarlo? Ahora mismo estoy destrozado y no sé si optar por acabar con esta farsa que es mi vida y marcharme, allí donde nadie pueda encontrarme, y sufrir, lamentar y llorar a solas. Tal vez sea mejor acabar de romper lo que queda de mi corazón, aunque nadie acuda a recuperarlo. Tal vez no merezca la pena estar aquí, seguir en este mundo sin control ni pies ni cabeza, quizás sea mejor irse para no volver jamás… ¿Quién sabe si el destino tiene reservado para mí algo mejor que mi situación actual, o, muy difícil sería, algo pero de cómo estoy ahora? Así que esperaré una “señal” que me ayude, y, cómo mi futuro es incierto, te diré un “Hasta pronto” o un “Hasta nunca, un placer conocerte”

Durante varios días esperó una respuesta, aunque no la hubiera pedido, era lo único por lo que sentía algo de interés, ya todo era cansancio e indiferencia... ya nada volvería a ser como antes. Después de que pasara una semana, recibió la misma carta que había enviado ya que la dirección a la que iba dirigida no existía. A partir de ese momento, nadie sabe lo que le pasó, unos dicen que se volvió loco y no salió jamás de su casa, otros, que se marchó lejos, muy lejos, y por último otros afirman que buscó la forma más fácil de acabar con todo, se entregó a la muerte…

*Nota*: Cuando enseñe este relato en un foro, los comentarios que recibí dieron a entender que las personas que lo leyeron pensaba que esto era una carta a la muerte, y les parecía muy original... Aunque en un principio no fuera una carta para la muerte, y tampoco para nadie en especial, ahora se ha convertido en ello.

¡Un saludo!