viernes, 21 de diciembre de 2007

Untitled


¿Estaba obsesionada? La verdad, no lo sé...


Desde que el sol había salido aquella mañana, tenía la extraña sensación de que algo iba mal, de que alguien me vigilaba y me perseguía clavando su mirada en mis espaldas, de que el mundo se alejaba lentamente de mí…
Intenté ignorar aquel extraño presentimiento, pero no era fácil. Me sentía desprotegida, vulnerable e inusualmente frágil. En pleno mes de julio y yo sentía tanto frío…
Todo parecía dar vueltas a mi alrededor a un ritmo que yo no era capaz de asimilar, escuchaba voces en mi cabeza, pensamientos, protestas, gritos que me hacían sufrir…
¿Qué era lo que me estaba ocurriendo? La pregunta cuya respuesta nunca llegué a entender me desquició por completo. Si aquello que sentía era una estúpida obsesión, la línea entre ella y la locura era casi imperceptible.
Empecé a sudar de repente como nunca lo había hecho. Me sentía sofocada, incomprendida, confusa…Loca… Solté todo lo que sujetaban mis manos y eché a correr hacia ningún lugar, desesperada. Intentaba acallar las voces que clamaban cada vez más fuerte dentro de mi cabeza, pero no lo conseguí. Comencé a llorar incontroladamente, podía sentir como docenas de miradas de odio se clavaban en mi piel como cuchillas afiladas, cómo nuevos murmullos taladraban mis oídos… Entonces, todo cesó de repente. Me encontraba ante un muro de ladrillos rojizos. Miré hacia todas las direcciones posibles buscando una conexión con algún lugar, pero no la había. Estaba en un callejón sin salida.
Como había notado los ruidos y el dolor habían cesado, pero el frío había vuelto y aquel lugar estaba cubierto por una extraña neblina. Aún seguía gimiendo cuando me acurruqué en una esquina de aquel callejón, tiritando. Así me di cuenta de que había garabatos rojos pintados sobre los muros que me rodeaban, líneas sin sentido, sin ningún tipo de orden. Volví a sentir que alguien me vigilaba a través de las tinieblas.
Entonces…


Un escalofrío.

Oscuridad.



¡Un beso!

*Cazadora de estrellas*


P.D.: Ya que el título es el mismo (no me basé en la canción para escribir el relato), pongo esta canción, que me gusta mucho: http://es.youtube.com/watch?v=Y2lhkCQkhu8

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Cartas a una vecina I

Tan cerca y a la vez tan lejos...

¿Recuerdas lo que me dijiste el otro día? Me dijiste: “Mira a las nubes e intenta adivinar qué son en realidad... ”.
El domingo pasado volvía sobre las diez y media de la noche de Arafo, el supuesto pueblo de la música. Había pasado todo el día allí y en aquel momento, a oscuras, volvía a casa agotada. Mis acompañantes en el coche tampoco hacían mucho por sacar un tema de conversación, así que me dediqué a mirar por la ventana. Fue en aquel momento cuando me acordé de ti.
Miré hacia el cielo lleno de pequeños claros y nubes iluminadas por las luces de la ciudad y decidí que iba a darles forma, que iba a hacer de ellas la fuente de inspiración para una nueva historia, un nuevo relato… Pero mi idea perdió importancia cuando divisé la nube más grande y vi que su silueta junto a los claros azul oscuro era la de… La de un tanque de guerra. Era exactamente igual que aquellas máquinas de destrucción de las que tantas veces había oído hablar. Fue entonces cuando algo tan hermoso como lo es el cielo se convirtió para mí en un despreciable campo de batalla, en una fábrica de muerte y destrucción, un lugar donde la vida no tenía valor… En ese instante, debí de sensibilizarme más con lo que me rodeaba. Los ruidos de la autopista me provocaban dolor de cabeza, los faros de los coches me obligaban a cerrar los ojos y apartar la vista, todo se había vuelto oscuro, oscuro como la noche que nos cubría con su lúgubre manto.
Toda aquella sensación desapareció de repente, con una simple canción que sonaba en la radio. Y hasta entonces, hasta hoy, no me había vuelto a preguntar por aquello que pasó, aquello que vi en los cielos y que me atemorizó, y todo por hacerte caso…
Sé que hace tiempo que no nos vemos, que no hablamos cara a cara, que no hacemos una historia compartida o que no intercambiamos noticias. Últimamente, nuestro único medio de comunicación ha sido el ordenador, y decidí, ¿por qué no hacerle un pequeño hueco en mi blog?. ¿Por qué? Te preguntarás. Por todo aquello que no te he podido ni te podré decir y que aún en este puente tampoco te podré contar. Me marcho. Cruzo el charco precisamente en uno de los pocos momentos que tengo para verte, y por ello, sólo por ello, te escribo esto. Para que veas que eres importante, que no me olvido de ti, y que sé apreciar cuando a la gente le importa el camino de mi imaginación y me da nuevas ideas.

Para todos aquellos a los que también abandono (incluída mi nueva hermana o mi “yo futuro” xD), me acordaré de vosotros.

¡Vuelvo el lunes!


¡Un beso!

*Cazadora de estrellas*