viernes, 29 de agosto de 2008

Extraña pasividad


Hoy estoy un poco triste, y lo peor es que no tengo motivos... No sé, estoy desanimada y algo melancólica, pensando en mis cosas, en lo que ahora mismo estoy escribiendo, en ideas para futuros relatos de DEBERÍA escribir... Hay tantas cosas que debería hacer y tan pocas que me apetece... Entre ellas estaba publicar en este blog, pero creo que si no lo hago puedo morir a manos de mi vecina xD y de todas formas, hay que mantener vivo el blog ^^

Estuve buscando entre las cosas que había escrito para colgar algo, pero la verdad es que no me gustó nada, sólo eran trozos de libreta escritos con palabras que utilicé para desahogarme y que no dicen nada demasiado bonito... E intentando pensar algo nuevo no se me ocurrió más que una idea tonta que no creo que merezca la pena T.T En fin, habrá que pensar en algo más, a lo mejor es una señal para que continúe con mi Cazador de estrellas (lo llevo intentando desde hace unos días :S) quién sabe, sea como sea, algo tengo que escribir xD
Y la foto... Es una que me sacó mi padre el otro día mientras recordaba una obra, la más frustrante y pesada de estudiar que he tenido nunca y posiblemente la que más odie, pero , qué curioso, luego fue la que más gustó y con la que más satisfecha me quedé (falta otra página llena de semicorcheas estresantes que no se ve en la foto xD) Un preludio un tanto simplón + un allegro bien animado...
Para acompañar, el vídeo de la canción que me invita a recordar y a abandonar esta absurda pasividad.
¡Un beso!
*Cazadora de estrellas*

lunes, 28 de abril de 2008

Entre tú y Nadie*

Te presento a Nadie:

Nadie era mi mejor amigo, siempre tan atento, siempre tan cerca de mí… Él era mi mayor apoyo, el pilar sobre el que se había construido mi vida.
Nadie era quien me consolaba, quien escuchaba mi silencioso llanto y también quien me hacía reír.
Nadie me animaba a hacer felices a los demás sin que éstos notaran ni un ápice de lo que yo sufría.
Nadie me decía qué era lo correcto, me aconsejaba sobre lo que debía o no hacer.
Nadie me contaba historias, me hablaba del mundo – tan ajeno para uno y tan cercano para otros – y también de las personas.
Nadie era quien absorbía mis pensamientos y mis sentimientos, los mecía suavemente y los moldeaba a su manera hasta que conseguía hacer de ellos algo hermoso y sólo entonces, si lo merecía, me los devolvía más vivos que nunca…
Nadie despertaba en mí todo aquello que siempre permaneció dormido, todo aquello que sólo aparecía en mis sueños.
Sueños… A Nadie le importaban mis sueños, parecía tener esperanza en que se hicieran realidad, en que algún día yo me separaría de él y cumpliría todo aquello que había deseado.
Nunca creí que ese momento llegaría…

Nadie desapareció.
Nadie dejó de existir en el instante en el que apareciste tú...



Si yo me quejo... Pero al fin y al cabo soy una niña obediente: actualización que me piden, actualización que tienen :D (Valeee, no es ese el motivo, pero no paasa nada)
En fin, que después de tanto tiempo y una entrada tan depresiva vengo con algo nuevo un poquito menos triste (mucho para mí, la otra entrada tenía bastante de realidad T.T)
Finalmente, y porque tengo que irme ya a clase, sólo espero que les haya gustado.

¡Un beso!
*Cazadora de estrellas* (¿O debería decir Cazy? ^^)

viernes, 29 de febrero de 2008

"Veintinueve de Febrero"

Debido a que lauris me recordó en su entrada que no volveremos a vivir este día hasta dentro de cuatro años, decidí: ¡Yo también tengo que publicar! Y, aúnque hoy no es un día bueno -por no decir; hoy es un día horrible - aprovecho para escribir algo muy corto pero que me ha ayudado a desahogarme. A veces escribir ayuda... y hoy es una de esas ocasiones.

En fin, ahí va mi fugaz micromicromicrorelato.



>¿Alguna vez has sentido que es el día más triste de toda tu existencia?
Hoy, veintinueve de febrero, yo lo siento.
Hoy he derramado más lágrimas de las que jamás soñé que lloraría en mi vida. Hoy he escuchado palabras que hieren fuertemente y conciencias que hablaban a los cuatro vientos creyendo no ser descubiertas. Hoy he escuchado el llanto más desgarrador que jamás mis oídos hubieron oído. Un llanto de sufrimiento, de impotencia, de dolor… un llanto de locura. Y el simple hecho de escucharlo provocó que yo también estallara.
Siempre recordaré este día en el que me sentí realmente desanimada y depresiva, en el que noté como mis ojos escocían y mis párpados amenazaban con cerrarse cada pocos minutos, temiendo volver a empezar a llorar…
Jamás olvidaré esta fecha: veintinueve de febrero. El día que cada cuatro años abrirá de nuevo la herida que nadie consiguió cicatrizar.



¡Un beso!


*Cazadora de estrellas*

miércoles, 6 de febrero de 2008

Alas de metal

¡Hola! Después de tanto tiempo (vecinita, ignoremos lo que pasó por este blog ayer xD), vuelvo con un nuevo relato. Espero que hayan disfrutado de unos buenos carnavales y simplemente agradecer a Alas-de-metal (del foro Universo de Papel) por haberme enviado un mensaje que me animó mucho y por tener un nombre de usuario tan inspirador xD. Por este último motivo, he decidido ponerle ese título al relato, porque se me ocurrió mientras miraba un mensaje suyo. En fin, ahí va:





Se sentía terriblemente cansada, impotente, insignificante,paralizada... Llevaba tanto tiempo llorando sin pausa, que ahora se encontraba sumergida en una laguna de lágrimas negras, sus propias lágrimas. Hacía tantos años que estaba en aquel lugar, en aquella misma posición, que no recordaba haber realizado otra cosa en toda su vida, si es que algún día tuvo la oportunidad de vivir.
Aquel lugar le hacía sentir tan desgraciada que lo odiaba con todas sus fuerzas. Había intentado infinidad de veces escapar de allí, marcharse de aquel oscuro lugar, huir… Pero no había conseguido moverse ni un solo milímetro. Tenía una gran carga a sus espaldas, una carga que la bloqueaba y no le dejaba avanzar, una carga que le habían obligado a soportar y que la había convertido en lo que ahora era.
De su espalda brotaban dos enormes alas de metal, negras y pesadas, en cuyo interior se fundían temores, desgracias, lamentos, engaños, secretos, mentiras…que no le pertenecían. Eran de otros seres, de otras personas y, sin embargo, se almacenaban en ella, para hacerle sufrir y llorar, para anclarla a un destino dedicado a cargar con la infelicidad de otros…
Se preguntaba a cada momento por qué le había tocado a ella ser el ángel negro, por qué no tenía derecho a ser feliz como los demás, a soñar, a descubrir, a tener esperanza, a poseer ilusiones, a ver un pequeño haz de luz en medio de tanta oscuridad… Nadie le había dado la opción de elegir lo que quería ser, le habían otorgado dos enormes alas con las que jamás podría volar, le habían encerrado en un lugar del que jamás podría salir…
Estaba tan cansada de permanecer allí, de no poder hacer otra cosa más que llorar y lamentarse, de odiar a lo desconocido, que decidió no volver a hacerlo nunca más. Las lágrimas dejaron de brotar de sus ojos negros, alzó la cabeza con orgullo y decidió que era hora de cambiar, de tener esperanza, de demostrar que también quería elegir su propio destino y, por el simple hecho de pensar que algo podía cambiar, una sonrisa adornó sus labios y gritó con todas sus fuerzas después de tantos años en los que su boca había permanecido sellada.
Calló de repente cuando se dio cuenta de que la laguna negra que habían formado sus lágrimas se deshacía gota a gota y ascendía hacia el infinito. Escuchó que algo se quebraba y provocaba un ruido al rozar con la superficie de aquel lugar. Se giró para recoger del suelo los restos de aquello que se rompía y, cuando tomó en sus manos tres pequeños cuadrados de metal negro fue cuando se dio cuenta de que había podido mover las piernas, de que había logrado girarse con total facilidad. Poco a poco, notó cómo cada vez se sentía más ligera, cómo notaba menos peso a sus espaldas y no pudo evitar flexionar los brazos hacia atrás y tantear sus alas. Su conciencia no podía creer lo que su tacto le confirmaba, el metal había desaparecido por completo, ahora sus alas estaban recubiertas de un material ligero, suave y blando. Apoyó sus manos temblorosas en el suelo y, lentamente pero con decisión, estiró las piernas y se puso de pie. Sus alas se agitaban, ansiosas por ser utilizadas, por lo que cogió carrerilla y alzó el vuelo hacia el rayo de luz que había aparecido de entre las sombras, sonriendo como nunca lo había hecho, con la esperanza de que aquella sensación le acompañara durante toda su vida, con la ilusión de poder hacer de sus sueños una realidad.





¡Un beso!


*Cazadora de estrellas*

viernes, 11 de enero de 2008

"Esa persona..."

>Imagina que encuentras a “esa persona”.
- ¿Qué persona?
> La que andabas buscando.
- ¿Yo la buscaba?
>Sí. ¿No sabes a quién querías encontrar?
-No
>A”esa persona”…
- ¿Quién es “esa persona”?
>”Esa persona”, eres tú. ¿No te ves?
- ¿Dónde estoy?
>Delante de ti.
- Esto sólo es mi reflejo…
>No es sólo eso.
- Entonces… ¿Qué es esto que parece un espejo y me separa de ella?
> ¿De ella?
- De… ¿mí?
> Es el último muro que has de derribar para llegar a ti misma.
- Esa no soy yo.
> Ah, ¿no? Mírala. Mírate… Tiene tu pelo, tus ojos, tu sonrisa, tus manos… Es idéntica a ti.
- Pero no soy yo.
> ¿Cómo puedes estar tan segura?
- Puede tener mi pelo, mi misma sonrisa, mis ojos, mis gestos… Pero no tiene mis sentimientos, no piensa como yo, no actúa como yo, ni si quiera expresa ninguna emoción… no soy yo.
> Pero, ¿qué más da que no sienta lo mismo que tú, que no actúe igual que tú si por fuera es igual a ti? Nadie se dará cuenta de que no eres tú, a nadie le importa lo que pienses, los miedos que tengas, tus gustos, tus deseos, tus sueños… Si dejaras de existir y tu otro yo te reemplazara, nadie te echaría de menos, ni si quiera sabrían jamás que no eres tu verdadero yo. ¿Otro yo? ¿Verdadero yo? Pero, ¿cuál es el verdadero y cuál no? ¿Acaso tú lo sabes? ¿Existe algo o alguien que califique a una persona según lo verdadera que pueda llegar a ser? Te lo digo yo, no lo hay, no existe ese algo o alguien.
Tu otro yo tiene el mismo derecho que tú a vivir, ¿por qué no darle a ella esa oportunidad?
- ¿Por qué?
> Sí, ¿por qué?
- Porque aunque nadie se de cuenta, aunque a nadie le interesen mis sueños, mis deseos… A mí me importan, y mucho. Yo tengo recuerdos, yo sí pienso en los sueños de los demás, yo valoro a las personas, valoro las palabras, los momentos que he vivido y que me quedan por vivir. Valoro la vida que me rodea aunque los demás no valoren la mía. No me importa no existir para los demás si ellos existen para mí. Y si me privaran de seguir viviendo, perdería todo eso que durante todos los años de mi vida he ido almacenando en mi cabeza… Y en mi corazón.
Entonces, sería igual que ella. Mírala, impertérrita, viéndome llorar, observando como sufro por algo que para ella no tiene sentido. No tiene corazón, no le preocupa lo que pueda pasarme, no puede reír, llorar, no puede soñar…
> ¿Y a ti no te preocupa lo que pueda pasarle a ella?
- Ella no pierde nada, ella nunca ha sido feliz, nunca ha sentido ninguna emoción, yo no soy quien va a despojarla de sus recuerdos, simplemente, nunca los ha tenido. No puedo sufrir por matar a alguien que no ha vivido jamás.
> Me alegro de que digas eso…
- ¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué se rompe el cristal?
> Lo has conseguido.
-¿Por qué su imagen se aleja y se vuelve cada vez más borrosa? ¿Qué he conseguido?
> Has encontrado a “esa persona”, la única indispensable para encontrar la felicidad…Tu felicidad,
- Mi felicidad…
>La has encontrado.
>Te has encontrado.


¡Feliz año nuevo a todos!^^

¡Un beso!

*Cazadora de estrellas*